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La escritura nos convierte en simples piezas entre la extensión del espacio y el tiempo, pero a la vez nos exige salir de lo convencional para explicar la realidad, como quien por voluntad propia abre un paréntesis para detener el tiempo y suceder en un espacio fuera del regular. La escritura en una palabra nos permite morir siguiendo la luz al final del túnel y seguidamente en otro palabra aparecer en una sala de parto; nos permite viajar por las dimensiones de lo real, lo irreal, lo externo y lo interno. La escritura nos permite eso y más.

Bienvenido a este viaje escrito “Sólo para locos, la entrada cuesta la razón.”

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viernes, 9 de mayo de 2014

Sexo oral como pago ¿o cómo poema?

La habitación está sola, vacía
Las paredes están ansiosas, palpitan
La espera y la incertidumbre nos fascinan
El humo me habla, la marihuana me hace compañía
Las sabanas tiemblan, sollozan con las almohadas
La verdad y la moral están asustadas
El reflejo del espejo nos ansía
Quiere que posemos para su cuadro de placer y algarabía.

Tu llegada irrumpe la habitación desnuda
Como el conocimiento en la ignorancia.
Tu sex-appeal es ciego, tu mirada muda
 Tu cuerpo conserva su infancia.

Me ofreces compañía, como la dama que eres
 Te contesto que ya la tengo y que la consumo
Te pido que te desnudes
Que te exhibas y te masturbes 
Frente mío, viéndome mientras fumo
El aroma te es familiar, conoces la planta
Tus piernas se abren y brillas como la aureola de una santa
Yo veo, admiro, espero mi turno

Me regalas un momento de vanidad
Creo que soy lo que no soy
Y ese es tu trabajo de hoy:
Otorgarme un segundo de soledad.

Veo tu accionar en primera fila
Y me hipnotiza tu piel y tu belleza
Su forma, su delicadeza
Deseo tu vagina como un shot de tequila
Ya no soy yo y caigo arrodillado
Gateo viendo el faro, siguiendo la ruta
Tú me ves, ríes, y aunque pasa poco, estas tranquila.
No hay mejor poema, que hacerle sexo oral a una puta.

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