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La escritura nos convierte en simples piezas entre la extensión del espacio y el tiempo, pero a la vez nos exige salir de lo convencional para explicar la realidad, como quien por voluntad propia abre un paréntesis para detener el tiempo y suceder en un espacio fuera del regular. La escritura en una palabra nos permite morir siguiendo la luz al final del túnel y seguidamente en otro palabra aparecer en una sala de parto; nos permite viajar por las dimensiones de lo real, lo irreal, lo externo y lo interno. La escritura nos permite eso y más.

Bienvenido a este viaje escrito “Sólo para locos, la entrada cuesta la razón.”

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miércoles, 7 de mayo de 2014

El Reencuentro I



  • -          Esperé demasiado por este momento.
  • -          Yo no puedo decir lo mismo, lo siento.
  • -          Tranquila, te entiendo.
  • -          Jajá eso es lo que tú crees…
  • -          No te creas, los dos nos hundimos en el mismo barco.
  • -          Pero nos ahogamos solos, la tristeza no se comparte.
  • -          ¿Si la vivimos los dos no es compartida?
  • -          No Marcos…
  • -          Pero…
  • -          No empieces, no te pongas intenso.
  • -          Ok, Entendí. Qué risa esto…
  • -          ¿Qué tiene de gracioso?
  • -          Nada, es que de pana no me lo puedo creer.
  • -           Ah vaina, vas a seguir…
  • -          Coño, pero es que yo juraba que tú me odiabas
  • -          ¿Y quién dice que todavía no lo hago?
  • -          No estaríamos hablando
  • -          Es que esto no debería pasar
  • -          Bueno, pero está pasando y qué vamos hacer ¿Irnos? ¿Pelear?
  • -          No pues
  • -        Claro que no… Aprovechemos el momento. Nunca pensaste que esto se daría de esta manera y te vas a poner a cuestionarlo.
  • -     Tú siempre tienes la misma labia. El hedonismo, el presente, la vida es una, carpe diem, blablablá…
  • -          No es labia. Yo vivo esa vida y creo en eso, tú lo sabes.
  • -          Será que crees que vives esa vida, que es otra cosa.
  • -          Ah pues…
  • -         Pero para qué te mientes, es verdad.  Tu actúas así porque tienes la seguridad de que alguien estará ahí para levantarte cuando te caigas.
  • -          Todo el mundo tiene a alguien para eso.
  • -          Yo no lo tenía y tú me entendiste… Te crees libre y la verdad es que estas más encerrado que un preso. Las aventuras que te lanzas son por rebeldía, para no ser tan hipócrita con tu filosofía.
  • -          ¿Tú qué vas a saber de mi filosofía?
  • -          Te escuche hablar de ella casi por un año y medio...
  • -          Era un gafo.
  • -          ¿Eras?
  • -          El tiempo pasa y la vida con él. Nada es permanente, excepto el cambio. Yo no soy el mismo y aunque no piense muy distinto, si he madurado. Ahora somos dos persona diferentes y eso lo hace más interesante, porque nos tocará conocernos de nuevo, pero con la ventaja de que tenemos el anhelo de los que ya se conocen.
  • -          Jajá ya va ¿Madurado?
  • -          Bueno… He tratado. Además, ahora estamos hablando como iguales. Los dos tenemos algo seguro.
  • -          Y es por esa misma razón por la que no deberíamos hablar…
  • -          Bueno, pero fluyó. Ya quédate tranquila.
  • -          ¿Fluyó? Brother me hablaste apropósito, no fue casualidad.
  • -       Quizás sea un poquito de causalidad, pero la casualidad siempre es superior. Además, me respondiste…
  • -          ¿Y qué iba hacer? ¿Ignorarte?
  • -          Pudiste haberlo hecho
  • -        Por favor… No soy tan carajita. Podemos hablar como dos personas normales, adultas y maduras.
  • -          No soy normal ni maduro.
  • -          Lo sé
  • -          Y hablar contigo como si nada hubiese ocurrido es imposible.
  • -          ¿Por qué? Ya lo que pasó, pasó. Chivo que se devuelve se esnuca.
  • -          Dile eso a Nietzsche
  • -          ¿A quién?
  • -      A Nietzsche. El loco más cuerdo de la historia. Él creía en el eterno retorno. Volveremos a vivir todo de nuevo y por esa misma razón hay que llevar una vida que valga la pena ser vivida… Aunque no es así de sencillo.
  • -          Y no quiero saber más, gracias. Mi vida está bien como está.
  • -       Jajá todos queremos creer eso. Pero añoramos el desequilibrio y la aventura como unos niños.
  • -          No generalices tus ideas…
  • -      Es verdad.  Esos momentos de adrenalina nos hacen sentir vivo. El placer, la emoción…
  • -      Vas a empezar de nuevo. Te dije que no quería escuchar tu labia… Ya pasaste de moda. Acéptalo, podemos hablar y no pasará nada.
  • -          No creo que pueda
  • -          Coño, pero por qué
  • -          Es que…
  • -          ¿Qué?
  • -          Nada.
  • -          Dime…
  • -          No, me da pena.
  • -          Ah vaina, bien bueno. Dime vale.
  • -          Coño, es que todavía me gustas. Y si me miras… Ni se diga.
  • -          Verga...
  • -          Tus ojos son inmensos, hipnotizan, de pana.
  • -          Ya lo sé, ya me lo habías dicho.
  • -          No has cambiado de ojos pues
  • -          Ni planeo hacerlo…
  • -          Y bueno... Siento que en tu mirada se condensan todo los momentos que vivimos juntos. Cuando te veo, tus ojos son como una pequeña pantalla en la que puedo ver proyectada la película de nuestro pasado... Karla, te he extrañado.
  • -          ¿Se supone que ahora me toca decir que yo también lo he hecho?
  • -          No es necesario… Yo sé que lo has hecho.
  • -          Que iluso. Créeme que mi vida está perfecta así.
  • -          Nadie te está diciendo que la cambies…
  • -          Además, yo sufrí mucho. ¿Mi hermana Marcos? ¿De verdad?
  • -          ¿Tú qué?
  • -          Yo lo sé todo, cómo pudiste…
  • -          ¿De qué hablas vale?
  • -          Alejandra no era hermana tuya
  • -          No hablo de ella… Pero gracias por recordarme lo obvio
  • -          ¿Qué recordaste?
  • -           Que vivía bajo la sombra de otro árbol.
  • -          ¿Y de qué hablas entonces? No te entiendo.
  • -          No te hagas el gafo…
  • -          Qué te pasa. Sé que suena hipócrita, pero yo te fui fiel.
  • -          Tu si eres descarado
  • -          Jajá
  • -          Te quiero pegar
  • -       Coño Karla ya cálmate… Mira yo no sé qué coño fuimos y qué coño paso entre nosotros, pero eres el fantasma de mi memoria, apareces y apareces, siempre merodeando por ahí.
  • -          A mí no me pasa eso Marcos, lo siento. Yo de pana amo a mi novio.
  • -          Y yo a la mía… Pero el amor no es unilateral.
  • -          El mío si lo es
  • -   Coño pero dime que me extrañaste, no puedo creer que me hayas olvidado así de fácil, despues de todo lo que pasamos.
  • -          Eres demasiado egocéntrico.
  • -          No se trata de eso Karla…
  • -          Y de qué se trata, siempre se ha tratado de tu ego.
  • -        Se trata de los besos, de las miradas, de los momentos. Se trata de lo que fue y lo que pudo ser.
  • -          El futuro no lanza los dados en el tablero del pasado. Hoy es hoy y esto es lo que hay.
  • -          Como que algo te quedó de mi filosofía ¿no?
  • -          Lastimosamente parece que si
  • -          Déjame besarte, por favor
  • -          ¡Qué te pasa estúpido! ¡Aléjate!
  • -          Coño… No seamos hipócritas, los dos lo queremos.
  • -          No seas engañado.
  • -        Yo sé que si y tambien sé que te detiene la moral, el miedo, la tristeza, los recuerdos…
  • -          Mi novio…
  • -     El no importa, de hecho es necesario, así estamos pares. Nos besaremos como iguales, nadie estará usando a nadie. Será algo natural y no porque estemos destinados o algo así, sino porque simplemente entendemos que nuestro reencuentro tenía que suceder, que va a suceder. Nuestra historia siempre quedará abierta, para un despues, para un futuro... Los novios pertenecen a la vida real, a nuestro mundo individual, pero juntos ese mundo desaparece porque creamos uno nuevo. Y en ese mundo que creamos no hay todos los falsos constructos del anterior. Yo no te voy a mentir... No planeo ser héroe ni salvador y tu tampoco. No tenemos tiempo para eso, estamos demasiado ocupados tratando de vivir. Solo podemos aspirar a ser un espacio de catarsis, donde los dos seremos nosotros mismos a través de nuestra compañía... 
  • -          Qué fácil es para ti... Y quién te dice que ese espacio no lo vivo con él 
  • -          Y para ti también es fácil, solo que te encargas de complicarlo. Se libre... Yo sé que no lo vives con él. Con él vives momentos espectaculares, de eso estoy seguro, pero tu y yo nos conocemos en plenitud. Sabemos lo oculto, lo bondadoso, lo perverso, lo malvado... Sabemos quién es quién. Nunca nos proyectamos falsas fachadas, como lo hacen todas las parejas. Y ahí reside nuestra aventura, que no hay compromiso de nada, sino libertad... Tampoco puedes negar la adrenalina y la emoción de lo clandestino.
  • -          Mira quién habla de libertad... Especulas mucho Marcos, no hables de algo que no conoces
  • -          Yo conozco la libertad, por ejemplo contigo fui libre. Y puedo serlo ahora... 
  • -          Explícame eso
  • -          No hay mejor libertad que el secreto que solo comparten dos.
  • -          ¿Y ese secreto es?
  • -           Ah, tú ves…
  • -          Dime.
  • -          Enrólate otro porro y te lo digo…
Continuara

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