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La escritura nos convierte en simples piezas entre la extensión del espacio y el tiempo, pero a la vez nos exige salir de lo convencional para explicar la realidad, como quien por voluntad propia abre un paréntesis para detener el tiempo y suceder en un espacio fuera del regular. La escritura en una palabra nos permite morir siguiendo la luz al final del túnel y seguidamente en otro palabra aparecer en una sala de parto; nos permite viajar por las dimensiones de lo real, lo irreal, lo externo y lo interno. La escritura nos permite eso y más.

Bienvenido a este viaje escrito “Sólo para locos, la entrada cuesta la razón.”

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martes, 22 de enero de 2013

Leer y escribir.


Leer es una experiencia individual,
Es lanzarse en la aventura griega
De conocerte a ti mismo,
Es viajar a través de otros mundos
Y visitar lugares
Que nunca pensaste visitar.
Es dejarse conocer en manos de otras manos
E interpretar identidades
Que la realidad nos suprime o nos quiere limitar.
Leer es una experiencia inmanente con el autor
A través de las letras,
Pero es una consecuencia transcendente,
Sin tiempo y espacio,
Entre lo que te hace humano
Y lo que te hace divino.
Escribir en cambio,
Es una experiencia innata y social,
Es compartir tu pena o tus goces con el otro,
Pero sin el otro no hay penas y goces
Que compartir.
Escribir es un gusanito con el que nacemos
O en algunos casos,
Se nos clava cuando leemos.
Escribir es una confusión,
Es la necesidad de expresar
En métodos inmanentes
La transcendencia metafísica
Que significa ser humano.
Escribir es un contrato social
Entre el escritor y el lector
Como solución al problema ontológico de existir.
Pero los dos son un misterio,
Un misterio entre lo humano
Y  lo sagrado
Pero no se sabe cuál fue primero.

martes, 15 de enero de 2013

Te amo


Sé que quiero amanecer contigo,
Besarte y estar a tu lado.
Que por ridículo
Y obsesivo que suene
Te quiero para mí,
Para querernos los dos.
Sé que prefiero estar solo
Con tú compañía.
Sin importar el mundo exterior,
Sin importar lo que le importe a los demás.
Tampoco importa el compromiso,
la seriedad,
Si es algo pasajero
O algo fugaz,
Nada importa.
Nada.
Porque sé que esto no nos lo quita nadie
Y que nos lo guarda
La trágica y sagrada memoria,
Defendiendo a palos
Los momentos que disfrutamos.
Sé que tengo un deseo inmenso de ti.
Sé que quiero disfrutar contigo lo que pueda
Y mientras más pueda,
Mejor.
Pero no sé que es el amor,
Es algo raro
¿Qué es el amor?
¿Tú sabes?
Yo no,
Aunque si sé
Que te amo.

lunes, 14 de enero de 2013

Lo sagrado



Nos despojamos de lo que nos ata
Sin miedo,
Nos despojamos de la ropa
Con pausa,
No despojamos de nosotros mismo,
Sin apuro. 
Saboreé tus labios,
Jugué con tu lengua,
Recorrí tu cuerpo con mis manos,
Supe de que estas hecha.


Coloque mi pecho junto al tuyo,
Mi boca contra tu cuello,
 Mi oído con tus sonidos
Y nos liberamos,
Como un artista
Cuando se abre el telón.  
Y como la actriz que eres
Recitaste tu guion,
Con euforia,
Con pasión.

Nos mirámos, nos besamos
Y aunque leves gemidos
Interrumpían nuestros besos,
Todo fue perfecto.
Me agarrabas y no me soltabas,
Te agitabas y sudabas
No querías que se acabara,
Pero abriste los ojos
 Y en un acto casi epiléptico y revelador,
Creo que viste a dios.

Tu cuerpo se murió
Y también el mio se consumó.
Eran dos cuerpos inmóviles,
Dos cuerpos abatidos,
Uno encima del otro.
Ninguno de los dos estaba ahí,
Nos fuimos
Y cuando volvimos,
Supimos que conocimos
Lo sagrado.

Memoria


Tengo una duda,
Más que una duda
Una sensación que me persigue
¿Nunca se han imaginado sin memoria,
Sin ese mecanismo que nos rige?
Nada existiera,
Ni el conocimiento
Ni el aprendizaje
Ni la civilización,
Nada.
Pero juguemos con las palabras.
Imagínate que tu memoria
Se borra todo los días a las doce.
Que todo existiera,
Que todo es como es,
Pero a las doce mientras bailas o duermes
Tú memoria desaparece.
Imagínate sentir todo lo que sentiste
Otra vez.
Sentir todos los días
Tu primer beso,
Bailar tu primera canción
Y si tienes suerte,
Tener sexo.
Sufrir por primera vez,
Sentir como la lágrima recorre tu mejilla,
Besa tus labios
Y cae hasta fallecer.
Gozar por primera vez,
Que el corazón se acelere,
Que la piel se erice
Y regocijarte hasta perecer.
Imagínate que la vida
Funcionara a ese ritmo.
Todo otra vez,
Todo por primera vez.
Los días serian fugaces,
Vivos
Y audaces.
Pero,
Esto es imposible
Es solo un juego,
Así que olvídalo.
Pero,
Te comento que sin memoria
La felicidad fuera legítima
Y el cuerpo,
 Un arma hedonista.

El Lector


Las ciudades nunca duermen,
Ni dormirán.
En sus calles y plazas pobladas
Llenas de movimientos y sonidos
Donde todo fluye,
Donde nada es estático,
Donde el silencio es escaso
Y la paz
 Es un sustantivo falso,
Existe una secta de rebeldes
De disociados,
De apartados.
Una secta que estática,
Que es callada
Y construye la paz
Con su accionar.
Ellos ven como se mueve la ciudad a su alrededor,
Como los demás convergen
E interaccionan.
Se suspenden en el tiempo
No creen en relojes
Ni en calendarios.
Están ahí
Y nadie los ve.
Y si los ven,
Creen que son unos locos,
Unos desubicados,
Unos extraños
Sin responsabilidades
Y preocupaciones.
Además,
Les molesta,
Los etiquetan de ilusionados
Que no tocan tierra,
Los juzgan
Y son señalados
Como las ovejas negras.
Pero tú puedes ser parte de estos rebeldes,
Simplemente,
Un día cualquiera
Agarra un libro
Y lee,
En un café,
En una plaza,
En una calle,
En el metro,
Lee en tú ciudad.
Simplemente leyendo serás un rebelde
Contra la cotidianidad.

martes, 8 de enero de 2013

Mediocridad


El ambiente es espeso,
Denso.
Se escucha siempre lo mismo,
Se ven iguales,
Piensan iguales.
Obedecen,
Al televisor
Y a sus apóstoles,
Al computador,
Los videos juegos
Y las redes sociales.
¿Será qué estoy alucinando?
¿Será qué estoy en una realidad a la cual no pertenezco?
No lo sé.
¡Quiero saber qué pasa!
Salen de las universidades,
Como producidos en masa.
Trabajan y trabajan
Como esclavos para empresas,
Como en los laboratorios las ratas,
Como fichas en una tabla.
¿Será qué no saben?
Viven en las sombras
Con miedo a la luz,
Con pavor,
Con pánico,
Como los de la caverna de Platón.
El anacronismo se convierte en la anestesia perfecta
Para éste estado de inercia.
Ser un extraño en tu época,
Es el castigo de la razón,
Es el castigo de la cabeza.
¿Por qué a mí?
En ésta realidad,
Pensar es fatal,
Pensar es un pecado mortal.
Y leer,
Es cambiar la forma de mirar.
Cada libro es un golpe en tu cabeza,
Como los golpes que recibe un boxeador.
Y cuando son muchos,
Como el boxeador,
Caes en K.O.
Y es en ese momento,
Que todo se acabó.
Ya no eres el mismo,
Ya nada es lo mismo,
Simplemente mueres.
Mueres,
Y no vas al cielo,
Sabes perfectamente
Que vives en el infierno.
Lo sientes,
Lo ves en todos lados.
Todos adiestrados,
Todos alienados,
Enajenados,
Reducidos
Y clonados.
¿Pero sabes qué es lo peor?
Que te ves en el espejo,
Te ves,
Y sabes que no escapas de ese complejo.
Sabes que tan solo eres consciente de él,
Y eso te pesa,
Te pesa hasta morir.

Escribir


Escribo,
Para aliviar el peso de mi existencia,
Conectarme con el éter de la humanidad,
Ser uno con el logos.
Escribo,
Para abrir mi inconsciente,
Indagar mis sentimientos,
Escamotear mis problemas.
Escribo,
Para resolver aquel enigma griego
Ese que pide que te conozcas a ti mismo.
Para expresar mi guerra interna,
Para calmar  la locura,
Para nivelar mi vanidad.
Escribo,
Para satisfacer al ego,
Para por lo menos intentar
Pertenecer al club de la eternidad.
No sé,
Escribo y ya.
¡Pero soy un hipócrita!
La verdad es que no escribo para mi mismo,
Sino no leyeran esto.
La verdad es que escribo
Para que me lean.
Si lees esto,
 Gracias.
Gracias a ti, todo lo anterior
Se cumplió.
¿Y tú?
¿Tú para qué y para quién escribes?

La guerra


Te agarro la cadera,
Te acerco a mí.
Me sientes
Y sabes que estoy listo para la guerra.
Te pones tu uniforme de piel
Y yo el mio.
Tus senos,
Tus glúteos,
Tu cuerpo sabe quien soy
Y a donde voy.
Mi pecho,
Mi espalda,
Mi arma sabe quien eres
Y que quieres.
Nos abrazamos con los labios,
Nos besamos con las manos
Y apoyada en tus cuatro extremidades
recibes el disparo.
Caes
Y en medio del caos
Nos rodea el silencio
Y no hay nada,
Solo el luto
De tu cuerpo difunto.

La clase obrera


Las penas para comer,
Para mantener a los hijos.
Tus arrugas prematuras,
Las llagas,
Las canas.
Todo fruto
De tanto trabajo.
Los delincuentes
Y la incertidumbre de no vivir otro día
Te abraza.
Tu sueldo mínimo
Que no te alcanza.
Tú casa en la punta de la montaña,
Las interminables escaleras
Que conectan
Tu mundo
Con la ciudad.
Te cuesta acceder a la academia,
Te juzgan,
Te insultan,
Hasta te comparan
Con animales de la naturaleza.
Los políticos te olvidan
Y otros te utilizan,
Pero ninguno te soluciona.
Esto y más
Tienes que soportar.
Pero con todo y eso
Te ríes,
Bailas,
Celebras
Y amas la vida.
Que orgullo
Todo el proletariado
Del mundo.
Para ellos,
Éste poema diminuto.

jueves, 3 de enero de 2013

Tengo un extraño a mi lado




Tengo un extraño a mi lado,
Me persigue,
Me espía,
Me espera.
Tengo un extraño a mi lado,
Se parece a mí,
Tiene mi forma,
Mi silueta.
Tengo un extraño a mi lado,
Incólume,
Ineludible.
Tengo un extraño a mi lado,
Que descansa por la noche
Y trabaja en el día.
Tengo un extraño a mi lado,
Que es el anuncio de la muerte,
Que es el final de mi obra.
Tengo un extraño a mi lado
Y es mi sombra.



Espalda de mujer



La espalda de una mujer,
Es el océano de su cuerpo.
Un piélago,
Que te hunde en su inmensidad.
Que provoca recorrerlo entero,
Disiparse en él
Y descifrar cada uno de sus secretos.
La espalda de una mujer,
Es el océano de su cuerpo.
Es el mar que entrelaza al mundo que es su piel,
Que conduce a las montañas dúctiles,
A la bahía de los glúteos,
Al puerto de su cuello,
Al umbral del placer.                                       
La espalda de una mujer,
Es el océano de su cuerpo.
Y nadar en ella,
Es un encanto eterno.