La aurora te abraza
Y tus calles se pueblan.
Los transeúntes de altas escaleras,
Los carros de altas esferas
Y el trabajador de clases media
Te llenan de vida y sonido.
Tus techos de zinc,
Las mansiones al lado del campo de golf,
Las casas de barro y ladrillo
Te dan un esplendor contradictorio.
Los lujos en zonas pobres
Te dan un equilibrio seductor.
El Ávila tu fiel amiga
Que siempre te cuida,
Te observa, te vigila.
Tus plazas y bulevares,
Llenas de ese ismo
Que empieza por capital.
Tus historias, tus cuentos y tus amores.
Todo te hace única.
Tus mañanas, tus tardes, tus noches
Y tus madrugadas que nunca duermen.
Todo forma parte de ese secretos que escondes,
De ese secretos que nadie te arranca,
De ese secreto que eres,
Caracas.