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La escritura nos convierte en simples piezas entre la extensión del espacio y el tiempo, pero a la vez nos exige salir de lo convencional para explicar la realidad, como quien por voluntad propia abre un paréntesis para detener el tiempo y suceder en un espacio fuera del regular. La escritura en una palabra nos permite morir siguiendo la luz al final del túnel y seguidamente en otro palabra aparecer en una sala de parto; nos permite viajar por las dimensiones de lo real, lo irreal, lo externo y lo interno. La escritura nos permite eso y más.

Bienvenido a este viaje escrito “Sólo para locos, la entrada cuesta la razón.”

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lunes, 16 de junio de 2014

Oda a Caracas

Caracas, ciudad de locos insomnes, eres tú nuestro albergue en este mundo, eres nuestro cielo y nuestro infierno, eres la cuna de las mentes más fritas y mediocres de Latinoamérica… eres una nación de luces en la madrugada, a toda velocidad, viendo el infinito al final de tu autopista que nunca termina... que es eterna, pequeña y llena de huecos… autopista rodeada por tus techos rojos, paisaje diario... si, esa cordillera de ladrillos que te vigila todo el día, que son un mundo dentro de la ciudad… esa es tu realidad Caracas, no importa qué pasó, eso es lo que eres… eres la patria de borrachos burgueses, que pretenden vivir el momento clonando las cagadas de la globalización, con música en reproductores a todo volumen, escuchando al máximo cada frase, cada bajo, cada sonido, escuchando al máximo para no oírse a ellos mismos, manejando rápido, sintiendo la adrenalina y el éxtasis de la falacia esa que nos venden las películas, felicidad creo que le dicen…

¡Caracas! Madriguera de drogadictos, de vagos, de parásitos, de bohemios, de intelectuales, de estudiantes y del que lo es todo y nada a la vez. Eres tú ciudad dionisíaca, sobrevalorada para algunos, infravalorada para el mundo, eres tú y tu aeropuerto de noche con las luces que lo rodean… eres tú, con tu Ávila alrededor, custodiando y recordándonos de vez en cuando que no todo esta tan mal… eres tú, selva de pavimento, con tu campo de golf y tus mansiones de familias de antaño, mientras, las malas lenguas dicen que se cagó la zona por los nuevos ricos que nos dejó el moco negro...  la plasta de Dios en esta tierra… Si, ese el del balancín, que no es más que el símbolo de la maldición que nos tocó…

¡Eres tú Caracas! cuna de bebes, de dependientes, de viciosos, ciudad cuna de la patria, esa patria que te piden que defiendas a muerte, esa patria que no veo en ningún hogar, que a veces es una arepita y una malta enfrente al televisor, esa caja que impone los nuevos valores... !eres tú Caracas! con tu río mítico y su nombre indígena, realzando la tradición de la que venimos y olvidamos ¡A ellos deberíamos admirar! ojala algún día recuperáramos la rebeldía Caribe… ¡eres tú Caracas! Con las gemelas del silencio, concreto puro, imponentes frente al continente… Caracas, tu estadía es difícil, como subir el calvario, pero las satisfacciones que nos das son inmensas, placenteras, como el pernil de la unión.

¡Eres tú Caracas! Con tu fuente en Plaza Venezuela, con tus alcabalas, con tus discotecas de todos los estatus, ¡eres tú Caracas! la pista para millones de motorizados, eres tú el mercado para miles de delincuentes, que matan y roban impunemente, como también lo hacen los encorbatados que luchan por un ideal, ese ideal que solo cuesta unas cuantas lechugas verdes encontradas debajo de algún Ministerio... encorbatados, bandidos burocráticos, de todos los colores, del azul al rojo, pasando por el mítico blanco de los Rómulo, todos admiradores de la internacional, hipócritas todos... ¡Eres tú Caracas! Con tus rutas nocturnas, que pasan por el medio de la calle, con tus teatros, tu plaza los museos, con tus billares, con tus frases trilladas: betas, menor, o sea, bro, man, pues... Caracas, panal de subculturas luchando por establecerse.

¡Eres tú Caracas! Con la gente en tus zonas históricas, en tus noches infinitas que no paran, aunque la inseguridad asfixie y eche unos disparos al aire seguimos disfrutando de tus madrugadas lujuriosas, pluralistas, en las que hay espacio para cada sector y cada patología. ¡Eres tú Caracas! Con tus bloques del 23, honor al fin de la dictadura, esa dictadura del gocho que construyó lo único que te queda… que mal agradecida es nuestra historia... ¡Eres tú Caracas! Con tus perreros, con la calle el hambre y las areperas, manjar de  los dioses en plena madrugada, ¡Tú teleférico! ¡Galipán! Destinos a pata de mingo que no aprovechamos, que no valoramos…

¡Eres tú Caracas! Cueva para hidratarse con birra o whisky 18 años, pista de baile para burgueses, sifrinos, malandros, pobres y los de clase media que no son nada y se creen todo... Eres el campo de entrenamiento para los turistas, para cada lunático que se le ocurre salir de su casa y disfrutar aunque su vida corra peligro... Caracas, salón de clases para viejos conservadores, para los reaccionarios de la cuarta, para los falsos revolucionarios de la quinta, para los engendros actuales, para tu hipocresía religiosa, para tu viveza, para tus transfor en la libertador, para los buhoneros, para los rastas... Caracas, eres cómplice para el cafecito mañanero acompañado del cachito portugués, para la pareja besándose impúdicamente frente a todo el mundo en el Parque del Este, para el cigarro relajante en una de tus colas infernales, para los burdeles y casinos escondidos, para la cárceles y sus fiestas, para los moteles y sus putas, para las secretarias y el jefecito, para los infieles que se atreven a jugar con tus seis grados de separación… para todos, para los que duermen bajo tus estrellas, a veces escasas, para los santos, para los mala conductas, para los marihuaneros que fuman en la cota mil y en todas partes; Caracas, punto de partida para la corrupción policial que vive de la matraca, sendero para los periqueros y drogadictos de tu calle la puñalada, para los que no lo son, y para los que chismean y juzgan con tus falsos prejuicios, defectos de la inutilidad mental heredada de otro siglo, pero que no hemos superado... y mientras vemos nuestro retroceso, el progreso en las capitales vecinas aumenta.

¡Tú Caracas! Techo del metro, lugar de todas las miradas del mundo, lugar de dramas internos, de conversaciones ajenas, de apretones, peleas, sudores, discusiones, salvajismos… Caracas, eres paraguas para los vagones que te recorren de este a oeste, eres trabajo para las camioneticas que te llevan al cementerio o al Cafetal, al Silencio o a Capitolio, y a la plaza Altamira o Chacao… no me olvido de Petare, tu emblema tercermundista, llena de bellas personas, como las mamás dedicadas a trabajar y mantener a sus hijos solas... Petare, colonia colombiana… albergue de la mano de obra inocente de esta ciudad, que solo  algunos caen en el engaño de la malicia y el resentimiento para redimirse existencialmente... tus capas, tus diferencias, el conocimiento atomizado en tu población, tu playa a tan solo 30 minutos y tus otros privilegios caribeños, ¡eres tú Caracas! mi inicio, la receptora de familias extranjeras, eres única en tu irónica naturaleza.

¡CARACAS! Grito bajo la lluvia influenciado por el humo de Jah, agradeciéndote las experiencias que me brindas, y las que no también… Caracas.


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