Sample Text

La escritura nos convierte en simples piezas entre la extensión del espacio y el tiempo, pero a la vez nos exige salir de lo convencional para explicar la realidad, como quien por voluntad propia abre un paréntesis para detener el tiempo y suceder en un espacio fuera del regular. La escritura en una palabra nos permite morir siguiendo la luz al final del túnel y seguidamente en otro palabra aparecer en una sala de parto; nos permite viajar por las dimensiones de lo real, lo irreal, lo externo y lo interno. La escritura nos permite eso y más.

Bienvenido a este viaje escrito “Sólo para locos, la entrada cuesta la razón.”

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lunes, 15 de diciembre de 2014

Uncollected poems I

I

why I remain a prisoner of a judgment which I'm free?

II

One day you will have the guts
to kill your own gods.

III

Past is a prision,
future is the freedom that never comes
and the present is the only lie
that we believe blindly.

IV

Human: liar by nature.

V

Freedom is recognizing your own jails.

VI

We are slaves, prisoners, subjects
of this era.

Someone a century ago have thought the same
and someone in a century will think the same.

Time, time, time leave us alone.




lunes, 8 de diciembre de 2014

huit-zwölf


5+3=6+2

Actúo como inquilino de la normalidad,
parezco propietario de mi presente
y poseedor (con mi supuesta sonrisa)
de la felicidad.

Pero,

Aquí entre nos (lector-escritor),
soy aun arduo visitante del pasado,
un turista de la melancolía…
un humano más.

96/8=72/6


Quien parte sin aviso
deja con un peso inesperado
al abandonado.

Quien adquiere libertad
encarcela a un
inocente.

Quien asume una despedida
sabe lidiar con todas.

Quien espera un regreso
cae preso de la ilusión.

...

Quien sufre de remordimiento
se ahoga con el peso
del presente.

Quien suda codicia 
se queda
sin nada.

Quien piensa en el amor como posesión
asume la devaluación del mismo.

Quien escribe se debe atener
al juicio de los lectores.

a pie de pagina...

Un caminar lento, con un ritmo particular, con “flow”…  como dicen ahora. Lleva un afro que le pesa más que el cerebro. Su color de piel opaco lo define entre los demás. Espontaneo. Alegre. Las bromas son su idioma natal. “Ese carajito se la pasa jodiendo” decían las señoras de la urbanización. Es extraño, desaparece y aparece. A veces esta, a veces no.

Siempre me he preguntado el sentido y el origen de la amistad. ¿Qué la diferencia de la familia? Hay amigos más cercanos que un familiar. La respuesta la he construido y la seguiré construyendo con el tiempo, pero la duda persiste. La compañía, la influencia, los consejos, los errores, las malas juntas… nada es ni bueno ni malo, nosotros decidimos. El destino ejerce como fuerza omnipresente dictándonos la respuesta que más nos conviene... moral le dicen algunos. Y por lo menos sé que la amistad no entra en ese acertijo que llamamos moral, pero no por eso deja de interesarme. Soy quien soy porque compartí con personas que me han acompañado a definir lo que he sido. La amistad es la segunda familia, y la segunda escuela después de los padres. Quien no se haya preguntado sobre esto no creo que sea humano. Hoy lo hago yo y confirmo que mis dudas son más grandes que mis conocimientos, idea simple y triste, pero constante… nunca cambiará. 

Somos y tenemos amigos ¿pero sabemos qué implica esa palabra?

Siempre fue el primero en todo. Por sus fauces corrió el humo del cigarrillo (y el de la marihuana), antes que en cualquiera de nosotros. Nuestras aventuras/travesuras en el fondo eran ideas de él, del “negrito del afro”. Y a veces lo veo, lo saludo y confieso que lo extraño. A veces ni me acuerdo de él, esta muerto, olvidado, ya no existe; pero eso no me dura mucho tiempo, porque siempre regresa a mí memoria. No puede escaparse de ella, fue uno de los obreros que la erigieron.

“Joven bachiller cae del quinto piso y no sobrevive” reseñan los diarios un día cualquiera. Hoy me acuerdo de ese día y con lágrimas en mis mejillas escribo esto.