Me encontraba rodeado de libros, libros amontonados en mis alrededores, dispersos por la habitación, en el piso, en la cama, en la mesa, en la computadora, en el diván, en la biblioteca, en todos lados…
Recordando al maestro Borges, esta simple habitación llena de libros era mi pequeño cielo; acompañado de grandes almas eternas, estaba vigilado y protegido por ellos. Nietzsche, Bukowski, Hesse, Huxley, Cortázar, Benedetti, Sartre… todos cuidaban de mí, me protegían, me enseñaban, me vigilaban y lo más importante me acompañaban en el vértigo de la soledad, pero entendí que no era soledad si estaba con ellos.
Los escuchaba hablar, ellos me escuchaban a mí, discutían entre ellos, se escuchaban los gritos en alemán, francés, inglés y español, pero había una voz que no reconocía, esa particular voz me hablaba en el oído y en repetidas ocasiones me decía: no presencies el cielo, forma parte de él; nada te impide ser un “superhombre” o un “en si y un para sí”, o, ser más original que un “cronopio”.
Me lo repetía, me lo gritaba, sentía su furia en mi oído, desde fuera y desde adentro, podía palpar su ira, sus gritos:
-¡NO PRESENCIES, Actúa ! ¡Vamos escribe algo!-
-¡Actúa! ¡Actúa ! ¡Actúa!-
Desesperado jalándome los pelos, le respondia:
-¡Déjame en paz!- -¡No sé que quieres!-
Era Repetitivo, atormentante; Decidí ignorarlo y trate de levantarme para despejar mi cabeza, pero de la forma más inesperada pegó su mayor grito:
-¡COBARDE! ¡VIVIRAS PARA SIEMPRE COMO LOS MORTALES!–
La Magnitud del grito fue tal que provoco un agudo zumbido en mi oído, perdí fuerzas, se me nubló la vista, me desbalance y en un acto fugaz caí pegando la cabeza en el fuerte piso de cerámica.
Tras varios minutos inconsciente desperté y observe a mí alrededor, no sabía dónde me encontraba parecía una especia de toscana italiana, colorida llena de rosas y altos pinos que se divisaban en el horizonte, un bello césped interminable, era la naturaleza en su mayor expresión y mientras contemplaba dichoso paisaje se me acerco un pequeño y raro animal, parecía una especie de neurona con alas, volando hacia mí pronuncio estas palabras:
-Bienvenido mortal, seré tu guía, mi nombre es Valentine, nos encontramos en el hemisferio derecho de tu cerebro y cómo puedes presenciar no posees nada, solo naturaleza y fertilidad.-
Todavía impresionado por ver ese extraño animal hablando le respondí: - Disculpa podrías hablar más despacio, ¿quién eres? ¿Qué hago acá?-
-Señor, seré su guía, mi nombre es Valentine y usted no está en ningún lado si no en su cerebro, específicamente en el hemisferio derecho, se cayó y desmayo, sucede que simplemente pasó del mundo artificial al real, al que es suyo y de nadie más, al verdadero mundo.-
-Valentine, hablas muy confuso, tratas de decirme que estoy en mi cerebro, dentro de él y este es el mundo de verdad, jajá esto debe ser alguna broma o me fumé algo.-
-Sí señor, dentro de su cerebro y usted pasó el portal a la realidad, simplemente se necesita cerrar los ojos y entrará al mundo de verdad, ese mundo exterior que al parecer presenciamos con nuestros 5 sentidos, es una gran falacia, es el engaño de la humanidad, la realidad es que el mundo está dentro de ti, tu construyes tu propia realidad; fíjese que si tuviese un vaso al lado y usted no lo ve, para usted ese vaso no existe. El mundo está dentro de nuestro cerebro y el mundo material es una simple copia de grandes ideas forjadas en el cerebro, a demás, este y el otro mundo se alimentan y progresan es con las ideas generadas por el cerebro de otro, simplemente la realidad es interna. Señor bienvenido a la realidad, bienvenido a su cerbero, bienvendio a la locura...-
-Bueno aunque sigo sin creerlo y sin entender bien, el paisaje es muy bonito y nada me cuesta vacilar, disfrutemos el viaje o la nota Valentine, ¿Cuál es el propósito? cuéntame.-
-Mi labor simplemente es la de mostrarle a usted mismo como es en realidad-
-¿Tú me mostraras a mí lo que yo soy?-
- El más simple de todos, mostrarle la individualidad de su ser demostrando la potencialidad de su alma, usted deberá entender para que sirve su alma, por qué y para que puede ser inmortal y porque no debe conformarse con la mortalidad, solo eso.-
-Solo eso, solo eso… como si fuera tan fácil; bendita voz, bendita inmortalidad, no sé que esperan de mí…-
-Señor, no esperamos más de lo que usted puede dar.-
- Pareces un libro de autoayuda Valentine, en fin, no discutamos que no llegamos a ningún lado, ¿Podemos empezar el recorrido? ¿Por dónde empezamos?-
-Empecemos por la parte más importante de cada ser: el amor, recorreremos la montaña Loverest, la más alta e importante de su cerebro, bello paisaje, para algunos es difícil y peligroso llegar.-
-¿Es una especie de excursión?-
-No señor, caminaremos alrededor de 5 minutos para llegar y 5 minutos para subir, acá todo es cerca, las distancias se acortan a la velocidad de un pensamiento.-
-Bueno adelante, empecemos.-
-Nos dirigimos hacia el norte señor, por este lado, sígame; por cierto si tiene alguna pregunta realícela sin ningún compromiso.-
-De hecho si tengo, ¿Por qué el amor primero?-
-Señor, es que no hay nada más importante en la vida de un hombre que el amor; nacemos, vivimos y morimos en, para y por amor. Es el principal motivador, al igual que la mayor causa de suicidio. Somos seres sociales y ese vínculo social para con los otros funciona solo en base al amor como sentimiento de unión principal; es el aceite del engranaje social, indispensable y necesario para que funcione. Las religiones, la familia, la amistad, la pareja, funcionan en principio por amor y después por lo demás.-
-Entiendo Valentine, ¿Allá presenciaremos que es el amor?-
-No señor, presenciara que es el amor para usted, recuerde que estamos en su cerebro.-
Empezamos a subir la montaña, era un terreno muy endeble, pero en base de roca que me parecía lo más extraño, subiendo presenciaba situaciones dramatizadas por las pequeñas neuronas con alas, situaciones con cada novia y amante que poseí, dramatizaban reuniones familiares, y con mis amistades, parecían los momentos más felices de mi vida. Habían una especies de ojos y labios sueltos por ahí caminando, las miradas se hablaban y los labios se abrazan era una situación extraña, pero simpática; también se encontraban esos pequeños animalitos recitándoles poemas a pequeñas neuronas hembras, recuerdo uno con mucho placer el cual recitaba a Benedetti:
“Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites”
-Que increíble todo esto Valentine.-
-Todo esto es lo que define su concepto de amor señor.-
Después de seguir caminando llegamos a la cima y no era lo que esperaba, el paisaje no existía o no se veía, solo era una simple cima con un precipicio y una piedra en forma de trampolín.
-¡Valentine! ¿Qué es todo esto? Pensé que encontraría algo espectacular.-
-Señor, en la montaña Loverest como en el amor se disfruta nada mas el acenso y el descenso, en realidad nunca llega haber un punto intermedio simplemente asciendes y cuando dejas de ascender, inmediatamente desciendes.-
-Nunca me imagine que pensaba así, bueno al parecer esto es todo, esperaba más, aunque me siento satisfecho estoy en el punto más alto de mi vida, una sensación de superioridad insuperable, pero regresemos Valentine.-
-Señor el descenso no es por donde subimos, es por ahí.- señalando a la piedra en forma de trampolín.
-¿Qué? ¿Por ahí?- -Tú estás loco.-
-Sí señor, en eso consiste, lanzarse desde la montaña más alta, sin ninguna protección, solo confiando en que todo va a salir bien.-
-Ni loco me lanzo por ahí.-
-Señor, Todos poseemos por naturaleza una mínima pizca de locura, de hecho, ese ha de ser el único requisito para enamorase, ¿Podría leer la inscripción que está grabada en la piedra antes del salto?-
Me acerque al trampolín y la leí, decía:"Sólo para locos, la entrada cuesta la razón” H.Hesse. Entendía el mensaje de esa inscripción, a demás de representar la aventura del amor, en la cual se pierde el juicio y de por si se necesita estar loco; llevaba plasmado algo más profundo esa frase ubicada ahí, justo antes del trampolín, donde comenzaba la verdadera aventura, donde se habrían las puertas del viaje al “teatro mágico” que es mi cerebro, si saltaba no había vuelta atrás, pero sin darme chance Valentine se acerco y me empujo al precipicio.
-¡ahhhhhhhhhhhh! ¡Vamos a morir Valentine! ¡¿Por qué haces eso?!-
-¡Señor le recuerdo que yo vuelo y no muero! ¡Discúlpeme el empujón, a veces, en el amor se necesita un impulso externo si la locura no basta!-
-¡No estoy para chistes Valentine! ¿A dónde caemos? ¿Cómo aterrizo? ¡Ayúdame!-
-¡Señor, No sabemos simplemente caemos, no aprendemos a amar simplemente amamos…! ¡El amor es este sentimiento que vivimos justo ahora, esa sensación de vuelo, caída libre y adrenalina irrepetible, la sensación de lanzarse sin saber a dónde se cae o como se cae, y pensar que va hacer la última caída de tu vida, la eterna caída; la sensación de volar o viajar sin destino, sin sentido, sin razón y propósito, solo por placer; por eso para enamorarse se necesita valentía, locura y más!-
-¡Se necesita otra vida para amar de nuevo Valentine porque nos vamos a morir!-
-¡Usted morirá, recuerde que yo vuelo señor! ¡Y Siempre se muere por amor! ¡Uno nace de nuevo al perder un amor, es una persona distinta a la que murió enamorado! ¡La muerte solo es el comienzo de otra vida, por lo menos en el amor!-
-¡Claro que se muere por amor Valentine, se muere por enfermedad, ¿Acaso no es el amor una enfermedad? y así podemos seguir con infinidades de ejemplos porque se muere por mil razones y todas se pueden comparar con el amor, es que la única manera de comparar el sentimiento del amor es con la vida misma y solo contra la muerte! ¡Dime algo! ¿Cuándo sabes que estás vivo Valentine?-
-No sé. Dígame usted señor-
-¡Cuando amas Valentine! ¿Qué mejor prueba de vida que el amor? ¡Ninguna, esa es la prueba! ¡Amar es igual a vivir. Así sea amar a tu mascota, tus amigos, novia, familia o carro; no importa si es un objeto o un sujeto, lo que importa es el amor en sí, no su manifestación; en algún momento de nuestras vidas amamos algo, sea lo que sea, y eso es la prueba viviente, valga la redundancia, de que estamos vivos! ¡Morir simplemente es dejar de amar! ¡Claro ya lo entiendo todo…! ¡Estar vivo no es lo mismo que vivir, y, es que mientras vives puedes amar, pero mientras amas, sabes lo que significa estar vivo; la muerte no te da esa posibilidad, es dejar de amar y no tener, nunca más, esa oportunidad!-
-¡Me alegro que este entendiendo señor! ¡Prepárese que ya vamos a llegar mire el suelo!-
-¡Valentine! ¡Me voy a dar con el piso! ¡Me moriré! ¡Ayúdeme!-
-¡No puedo hacer nada señor!-
Y los mendigos en zonas ricas