Sample Text

La escritura nos convierte en simples piezas entre la extensión del espacio y el tiempo, pero a la vez nos exige salir de lo convencional para explicar la realidad, como quien por voluntad propia abre un paréntesis para detener el tiempo y suceder en un espacio fuera del regular. La escritura en una palabra nos permite morir siguiendo la luz al final del túnel y seguidamente en otro palabra aparecer en una sala de parto; nos permite viajar por las dimensiones de lo real, lo irreal, lo externo y lo interno. La escritura nos permite eso y más.

Bienvenido a este viaje escrito “Sólo para locos, la entrada cuesta la razón.”

Etiquetas

martes, 17 de julio de 2012

Sabana Grande

Me asomo por la ventana de mi ciudad y veo circular a las parejas, al mendigo, a la mujer soltera y al poeta.

Prendo un cigarro y disfruto el humo mientras siguen pasando las señoras, las no tan señoras, los que son hijos y las que son mamás. Pasan los ciegos, el adinerado y los pobres.


Son hilos que tejen la camisa de esta ciudad. 

Caminan los abuelos, las abuelas, los vendedores, los músicos, los estudiantes, los empresarios y los borrachos.


Todos caminan en busca de sentido.

Ahí van los deprimidos, los felices, el seductor, la seducida, el policía, el rockero, el lector, las putas y el enamorado.


Cada paso que dan representa un significado.


Veo los amigos, el religioso, las modelos, las que se creen modelos, el bohemio y los extranjeros.


Todos van y vienen. Vendrán y se irán, son pasajeros de esta pasarela coloquial.

El obrero, el empleado, el jefe, el que barre, el que está perdido y el que va apurado.


Cada persona es una gota y juntas hacen este río, este río de piel y concreto que fluye por su cauce.

Se acaba mi cigarro, cierro mi ventana, y está ciudad se viste de gala con la camisa tejida por los obreros de la cotidianidad.

Esos obreros que le dan sentido y significado a esta ciudad con hambre,  esta ciudad que se alimenta con el bulevar de sabana grande.

No hay comentarios:

Publicar un comentario