Nos besamos hambrientos
Como caníbales.
Tú lengua y la mía
chocan,
Pelean en un mar de saliva.
No tenemos Dios,
Nietzsche lo mató.
La oscuridad ilumina tu desnudez,
Pero me concentro en tu boca.
Nuestras lenguas son un
vendaval.
En la oscuridad mis
manos son mi vista.
En la oscuridad tú
cuerpo es mi puerto.
Me encanta besarte y
tocar tu cuerpo de mujer.
Devaluado por la
historia,
Perdónanos, perdóname.
Me arrodillo ante ti.
Rezo con mi lengua
Al órgano por el cual
te humillaron.
Suplico y me arrepiento
de rodillas.
Curo mis pecados con tú agua bendita.
Pero, te recuerdo que
no tenemos Dios,
Nietzsche lo mató.
Gimes, gimes, gimes.
Mi lengua no para,
Tus gritos tampoco.
No aguanto,
Arremeto adentro de ti.
Dios es esto,
Viscosidad, placer,
gemidos,
Sudor, movimiento,
nalgadas,
Groserías y semen,
El ADN de Dios.
Ese Dios, que Nietzsche
mató.