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La escritura nos convierte en simples piezas entre la extensión del espacio y el tiempo, pero a la vez nos exige salir de lo convencional para explicar la realidad, como quien por voluntad propia abre un paréntesis para detener el tiempo y suceder en un espacio fuera del regular. La escritura en una palabra nos permite morir siguiendo la luz al final del túnel y seguidamente en otro palabra aparecer en una sala de parto; nos permite viajar por las dimensiones de lo real, lo irreal, lo externo y lo interno. La escritura nos permite eso y más.

Bienvenido a este viaje escrito “Sólo para locos, la entrada cuesta la razón.”

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lunes, 30 de junio de 2014

La victoria contra el tiempo

El tiempo es esa mosca que no nos deja comer, es ese sabor desagradable en la mañana. No hay vencedor contra él, ni yo soy tan estúpido para revelarme, ni es tan débil como para dejarse ganar. Así que, solo hay una opción, su victoria. ÉL ganó. ¿Qué queda? Nada. Seguir. Pero el tiempo también es ese cuadro en la pared, esa foto en la pc, esa sonrisa de picardía, ese recuerdo que quieres repetir… El tiempo es una anestesia.

¿Es bueno y malo? ¿Nos vence y nos hace feliz? Si, el Dios tiempo; pero déjame contarte un secreto que una vez me contaron a mi… (que solo quede entre tu y yo, es una locura, una rebelión de estúpidos, pero funciona -creo-) ¿Cuál? La victoria contra el tiempo ¿no me crees? Escucha: El tiempo sigue, no para, esa es su mayor virtud, pero también es su talón de Aquiles. ¿Cómo lo vences? Bueno, repitiendo los hechos… ¿Qué? Si, como leíste. El tiempo es el verdugo que nos venció, y un día, una noche clara, fría, ese pequeño monstruo no estará… te veré a los ojos, tú a los míos, el reflejo iluminará nuestro rostro y no hablaremos… las palabras son artilugios de la mente, no son sentimientos, ellos son el lenguaje de las miradas. Hablaremos solo viéndonos, con el cuerpo, juntos, como lo hicimos antes… mis dedos recorriendo tu espalda, mis labios rozando tu cuello… Chao tiempo. Volveremos a ser, y el demonio, con sus relojes, horas, minutos y segundos, arderá en el recuerdo que se repite, en el recuerdo que se le escapó, y que el amor hizo suyo para volverlo a interpretar... mientras cronos, es solo un espectador furioso, un esposo viendo a su mujer con el amante... un bobo que vencimos con sudor, saliva y calor.

Hay un problema, ¿Qué? Ese día es una incógnita, como es la vida, no se sabe cuándo llegará. Hay que esperar el momento exacto, esperar, como soldados clandestinos para atacar en el momento justo. Puede ser que ese día quizás llegue y no aprovechemos la oportunidad, o sea, perdimos. O quizás, le demos esa estocada final al tiempo con la daga del amor... pero de ese amor real, ese amor que no se posee, sino que se hace.

Ya el tiempo ganó el primer round, solo queda esperar el segundo y ver qué pasa. Tú qué opinas:

¿Moriremos en manos del tiempo, o en manos del amor?







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