Las ciudades nunca duermen,
Ni dormirán.
En sus calles y plazas pobladas
Llenas de movimientos y sonidos
Donde todo fluye,
Donde nada es estático,
Donde el silencio es escaso
Y la paz
Es un sustantivo falso,
Existe una secta de rebeldes
De disociados,
De apartados.
Una secta que estática,
Que es callada
Y construye la paz
Con su accionar.
Ellos ven como se mueve la ciudad a su alrededor,
Como los demás convergen
E interaccionan.
Se suspenden en el tiempo
No creen en relojes
Ni en calendarios.
Están ahí
Y nadie los ve.
Y si los ven,
Creen que son unos locos,
Unos desubicados,
Unos extraños
Sin responsabilidades
Y preocupaciones.
Además,
Les molesta,
Los etiquetan de ilusionados
Que no tocan tierra,
Los juzgan
Y son señalados
Como las ovejas negras.
Pero tú puedes ser parte de estos rebeldes,
Simplemente,
Un día cualquiera
Y lee,
En un café,
En una plaza,
En una calle,
En el metro,
Lee en tú ciudad.
Simplemente leyendo serás un rebelde
Contra la cotidianidad.
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