El tiempo es, nuestro tirano, y el reloj, su látigo.
El tiempo es, la droga de la cual dependemos inconscientemente;
esa droga, que cada segundo, minuto y hora, nos recuerda su castigo.
Somos crédulos subordinados ante él, capturados con su grillete en nuestra muñeca.
El tiempo es, la regla con la que se mide y clasifica la vida,
hay citas, vuelos, entrevistas, cumpleaños y aniversarios en determinadas fechas y horas.
El tiempo es, ese canalla que trata de convertirse en nuestro amigo,
Pero, si le faltamos el respeto, se convierte en el peor enemigo.
El tiempo es, la puerta al futurismo,
es, nuestro principal jefe en el trabajo y la feroz arma del capitalismo,
simplemente es, un subproducto de la industrialización.
El tiempo es, tan artificial, que es hecho a máquina.
El tiempo, solo es, una ilusión.
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